Su perfume, su piel cálida, su sonrisa, sus ojos color
gris, su pelo brilloso. Su caballerosidad, el buen humor a cualquier hora del día,
sus sorpresas, su fuerza de voluntad… Todo en él era sumamente perfecto, cada una
de sus cualidades me volvía cada vez más loca y me hacían sentir esas cosas que
tanto temía.
Ese temor que me consume, ese temor que no me deja ser
quien yo quiero ser… Pero también eso a lo que tanto temo es aquello que me hace
tocar el cielo con las manos.